Todos pensábamos que el 13 de junio la UER y la RTP revelarían algún dato sobre Eurovisión 2018; al menos fecha y ciudad sede. Un mes y cuatro días después, no sabemos nada.

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Es entendible que con la catástrofe natural que asoló al país luso el pasado mes, RTP no tuviese la cabeza puesta precisamente en Eurovisión, pero las conversaciones ya se habían iniciado (presuntamente).

A pesar de haberse repetido varias veces los encuentros entre la UER y la RTP, ninguna de las partes sabe decir que pasará con Eurovisión 2018. Esta deriva en el tiempo ya ocurrió en 2015 con una ‘excesiva tranquilidad’ del ente austríaco, la ORF; se repitió el año pasado con una ya dejadez de la NTU. Este año la dejadez llega a descaro con la RTP.

Los datos que conocemos de Eurovisión 2018 son las declaraciones de uno de los dirigentes de la Corporación Portugesa, que el concurso iba a ser moderno y sencillo. Y con eso nos apañamos. Ni más ni menos. ¿Es sinónimo de cutre? ¿Será algo novedoso e impactante? No lo sabemos, porque nadie nos quiere decir nada.

Aunque es cada vez más obvio que Lisboa será la ciudad sede de Eurovisión 2018, con el MEO arena como recinto, nadie anuncia nada. Ni sabemos si habrá un periodo de selección de ciudades transparente como el de Ucrania 2017 (cuyas bases habían sido anunciadas el 23 de junio de 2016) y cuyo clímax fue el debate a seis celebrado el día 20 de julio de 2016. En octubre de 2016 sabíamos todo sobre el festival de 2017.

Este año, nada se sabe, al menos públicamente. Quizá la UER y la RTP estén llevando a cabo tejemanejes en la sombra, quién sabe. Quizá simplemente estemos viendo parte de la dejadez que caracteriza al Eurovisión de hoy. Los participantes más tradicionales (España, por ejemplo) no se modernizan, mientras que otros (como Francia) renuevan sus ideas y provocan el aumento de audiencia.

Se verá si la RTP está en el primer o en el segundo grupo. Por ahora, yo la clasifico en el primero de ellos.