No han pasado ni 24 horas desde que Netta se hizo con el trofeo de cristal. Netta ganó, limpia y justamente, Eurovisión 2018; pero las instituciones del autoproclamado Estado de Israel ya están usando la victoria de su paisana como instrumento ensalzador del país. Mientras eso pasaba, Israel bombardeaba la franja de Gaza

¡Por Israel! ¡Por Jerusalén!

Varios tuits puso el presidente del partido sionista (además de ocupacionista) y del Estado de Israel, Benjamin Netanyahu, antes y después de que Netta se hiciese con la victoria en el Atlice Arena. Todos ellos hacían alusión a Jerusalén como sede del mayor Festival del mundo, ¿por qué? pues porque Jerusalén tiene soberanía discutida entre Palestina (apoyada por Jordania) y el Estado de Israel. Celebrar Eurovisión allí sería un triunfo diplomático y nacionalista para los sionistas.

El genocidio contra los palestinos

Que Eurovisión se celebre en Israel ya es un arma política en sí misma, pero que se celebre en Jerusalén es una debacle. Sin duda, Israel intentará por todos los medios convencer a los miembros de la UER de que es una ciudad segura y acogedora para todos, cuando la realidad es bien diferente.

No se puede olvidar que hace apenas dos años Jerusalén sufrió las semanas de la ira Palestina, que dejaron 27 atentados en menos de 13 días, dejando 40 heridos y siete muertos. Los atentados, aunque en una proporción mucho menor, no cesan. Son constantes los asaltos de palestinos en la ciudad santa para remover las conciencias de occidente ante la ocupación israelí.

En definitiva, celebrar Eurovisión allí es inviable por tres motivos: no se puede garantizar la seguridad de todos, la ONU no reconoce a Jerusalén como capital de Israel y seguimos bajo la alerta de una nueva intifada en los próximos tiempos.

Netta no participó en la matanza de los niños palestinos

Las fake news se extendieron por tuiter ayer noche. Muchos mostraban su repulsión ante la representante Israelí debido a su pertenencia en el ejército israelí allá por 2014, cuando se llevó a cabo la matanza de 1523 niños en un proceso de ocupación.

Netta, que se sigue sintiendo orgullosa de su país a pesar de llevar a cabo tal genocidio, no participó activamente en dicha operación. Ni siquiera estuvo cerca de la ocupación, pues tocaba en la banda de música del ejército a petición propia. Además, su pertenencia al ejército no era voluntaria, estaba haciendo lo que aquí era la mili. Si en Israel te niegas a hacer el servicio obligatorio, te encarcelan.

Cosa diferente es que Netta se sienta orgullosa de ese Estado sabiendo lo que ha hecho, pero eso es problema de su conciencia y la conciencia de los Israelíes.